Dos cuadras sin aire

Manual de Parapsicología
De Mario Levrero

Advertencia

Este manual debió ser en realidad un Curso por Correspondencia, pero la idea planteaba algunas dificultades prácticas por ahora insalvables. De todos modos, recomendamos al lector que, al menos en una primera lectura, maneje el manual como si fuera ese curso: no pase a un numeral sin haber comprendido bien el anterior y, sobre todo, descanse con frecuencia cambiando de actividad. La mayoría de los párrafos numerados contiene una información muy condensada que de ninguna manera puede asimilarse rápidamente. Nada más lejos de nuestro propósito que provocar una "indigestión" al lector. Hemos colocado nuevas advertencias en distintos lugares del texto, invitando a suspender la lectura y cambiar de actividad. Si en algún momento se siente inquieto o con alguna clase de malestar, no espere a llegar a estas advertencias, y suspenda por un tiempo prudencial. Trate de evitar las referencias personales y de no investigar en usted mismo. Hacia el final hay un apéndice con nociones de psicohigiene, que conviene consultar durante la lectura.
M.L.

El hombre olvidado / El corazón reversible
De Tarik Carson

“Entre lo último que pude extraer del legajo de hojas amarillentas fue su idea fija hacia el nacimiento de la circuncisión. Afirma haber descubierto que Jesús no fue circuncidado jamás, que el primero de año se debe a la simulación (así como todas las otras fechas) y que María no era ninguna virgen y tuvo suficiente piedad (una piedad ajena al judaísmo) para impedir que le emascularan al hijo; aunque, supongo, la digresión tampoco sería por éste ínfimo sacrificio.
Da a entender que en el Tíbet saben más sobre Cristo que la hermandad papal que oculta mucho más que los Manuscritos del Mar Muerto, que revertirían toda la creencia, dejándola en una broma harto fastidiosa. Sugiere, además, que Jesús no era humano, sino extraterrestre (lugar común en el presente), y que tenía otro sentido sobre la vida y deseaba aunar y contagiar a todos por el bien, de su mundo. Así dio batalla por su poder, opuesto al del otro dios. Cuando se desengañó, murió: tenía paciencia limitada, quizá no era más que un soldado de esa mitad cumpliendo una misión ya consumada. Sus discípulos no eran más que unos atorrantes y estaban bajo el influjo de su poderío mental de dominio sobre las cosas, etc. Judas lo traicionó por orden suya, claro está. En realidad, Cristo se dejó borrar cansado de los gamberros vernáculos, y además, habiendo sembrado el mito y el cálculo exacto de su hipérbole histórica. Al fin, no fue más que un espíritu dejado (como nosotros dejamos desinfectantes en un leprosario) por los ovnis —que por momentos, al parecer, se confunden con  estrellas. Tal vez aún los señores no hayan vuelto del viaje a las galaxias a recoger la siembra, y entonces sabríamos bastante más, o dónde acaba la sucesión numérica y el número de galaxias (por decirlo a la ligera). Proyección de tales posibilidades, que quita ridiculez a la teoría, es el hallazgo del profético Vishnu Purana tántrico y la misteriosa montaña vibradora de los Cuatro Ciclos, al pie de la cual Pérez afirmó haber sido feliz durante años.”