Dos cuadras sin aire

46 cuentos

Arturo Rodrigo Farinha


Llámalo libre albedrío, destino o karma. A Matías no le salían bien las cosas desde hacía mucho tiempo. Era un muchacho delgado de 25 años, de cabello negro y ojos grises. Había abandonado los estudios hacía un largo tiempo y desde entonces había saltado de trabajo en trabajo sin éxito. Ahora se desempeñaba como mensajero en una empresa. Su labor consistía en arrastrar un carrito conteniendo sobres y paquetes que dejaba sobre los escritorios de los empleados o de las secretarias de los ejecutivos. Trabajo tedioso si los hay, pero que Matías cumplía con placer. La monotonía de la tarea lo relajaba y le permitía ver a Lucía, una administrativa del tercer piso que lo tenía fascinado.