Prólogo de Roberto Apprato
Dicen los espejólogos que con un
trapo empapado en azufre caliente es posible borrar la imagen reflejada en un
espejo. De veras. Es posible asesinarse en el portal de mercurio.
Estos
sapientes agregan, además, que cuando desaparece la imagen de un espejo
desaparece de todos, y uno se queda sin su alter ego para siempre. Excitados
con el sorpresivo hallazgo se abocaron a la búsqueda de una cura contra la
sombra. Por el momento no hay ningún avance. Habrá que seguir imitándola.