Prólogo de Gonzalo Paredes
“Porque, a fin de cuentas, y aunque no
mucho de “fantástico” se perciba en este libro (en el sentido de la manida
“literatura fantástica”), avanzar por sus tres secciones es hacerlo por los
sueños de Calcagno, aquellos que escapan a su control aunque no por completo
—porque son literatura, y toda literatura es, al mismo tiempo, voluntaria y
como soñada. Dicho de otra manera: quien busque el testimonio de las
vicisitudes cansinas y prácticas de los arquitectos en el interior del país o
las de una militante de partidos de izquierda, no lo busque aquí.”
Del prólogo de Gonzalo Paredes