El día más emocionante en la vida de Zulema fue cuando,
lápiz de grafo en la mano, pudo escribir la primera palabra. Curiosamente la
primera palabra que escribió no fue ni “mamá” ni “papá” ni “sal” ni “oso”: la
primera palabra que escribió con enormes caracteres, como corresponde a todo
recién iniciado, fue “DIARIO”.