Laura Chalar
pensándolo bien, esto me gusta más que
desaparecer, me gusta casi tanto como caminar por la Ciudad Vieja en una mañana
de sol almidonado, limpia como una sábana, y ver cómo los abogados caminan
hacia sus empleos con los trajes planchados y las polleras frescas, cómo los
balcones se alargan al cielo y el puerto brilla a la vuelta de la esquina, me
gusta casi tanto como mi jardín escondido donde reina una torcaza sobre la
plebe de chingolos